Los rayos X son una forma de radiación electromagnética, capaz de atravesar la mayoría de las superficies. Debido a que dentro de nuestro cuerpo contamos con estructuras de distintas densidades, estas absorberán los rayos de distinta manera, es decir, las superficies más densas y sólidas reflejarán los rayos con más nitidez, mientras que los tejidos blandos serán atravesados por los rayos. Estos contrastes permiten visualizar el interior del cuerpo de manera rápida y con un nivel mínimo de invasividad.
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Debido a su limitación en ver el contenido de tejidos blandos, el uso de Rayos X tiene los siguientes usos principales:
- Visualizar lesiones en huesos y articulaciones
- Seguimiento de tratamientos en traumatología
- Guía a cirugía ortopédica
- Diagnosticar enfermedades óseas, como artritis, cáncer u osteoporosis
- Localizar objetos en el tejido blando